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SER SANTACRUCEÑO

por Miguel Brascó

Digo Patagonia, lugar donde nací siendo sumamente joven y pasé después toda mi infancia, y es como no decir nada. Porque Patagonias hay muchas, todas diversas y diametrales. ¿A cuál me refiero? Está la espléndida, hacia el oeste, reiterando desde Nahuel Huapi hasta el fin del mundo; Ushuaia una humedad azul verde de araucarias y arrayanes contra un fondo Schwarzenwalden de volcanes nevados; y casi contigua viene la otra Patagonia con oasis de manzanas Red Deliciuos y viñedos Loca Blanca inventados por Guillermo Barzi Canale y por Julio Viola en los valles de goteo del Neuquén y Río Negro. También está la Atlántica del balleno prodigioso, con un tríbilis que embaraza a varios metros sin errarle nunca al vizcachazo mientras turistas suecas aplauden aturdidas.

Pero remota y principal está la frígida y ventosa Patagonia austral xerófila, santacruceña y esteparia, puro mogote, arena y calafate, olvidada contra los riscos chúcaros y salobres del Atlántico por la desidia de vaya saber qué dioses de mejillas agrietadas por los farenheits. Nacer allí no es ocurrencia fácil, por ser poblaciones tan a trasmano de las contabilidades demográficas que un habitante menos de verdad no cabe, en las casonas sordas de arquitecturas como agazapadas para no exasperar al viento cotidiano del verano. El viento, el viento, el viento que mañana tarde y noche ulula y silba entre los cercos medanosos de piquetes puntiagudos y contra cuyo azote no hay quien respire. Salvo caminando para atrás como los cangrejos y las patrias.

Pero el paisaje: de tan nada y siempre igual es casi abstracto, con una oveja acá y un molino más allá, rechinando chapa para extraer mendrugo de agua de los subsuelos pedregullos. Pero en los cielos: no hay otros cúmulos más cúmulos en los cielos nunca tan azules como los lapizlázulis que enmarcan a las rías, cuando las escarchas del invierno congelan a los mejillones gris oscuro en las interminables bajamar de las mareas prodigiosas.

Me preguntan ¿como es vivir o sobrevivir en Puerto Santa Cruz? Y yo contesto: es eso.

TEMA

Nos interesa profundizar en conceptos como el olvido, la ausencia, el aislamiento y la invisbilización de un sector de la Argentina como lo son los pueblos que conforman el sur de la Patagonia.

EL PROYECTO

El proyecto será una instalación inmersiva que genere una ruptura espacial de los diferentes terrenos Patagónicos.

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Nuestro objetivo es plantear una relación con el espacio/tiempo real y el virtual, mediado por el concepto y la función de interactividad con la máquina y con otros individuos reales o artificiales. La interactividad tiene por objetivo permitir la experimentación tanto sensorial como cognitiva de un mundo virtual, lo cual genera múltiples interpretaciones.

MOTIVACIÓN

La Patagonia descritpa por Miguel Brascó se parece muy poco a la Patagonia proyectada desde Europa, no tiene nada de glaciares, lagos cristalinos y cordilleras de aire tirolés y sí mucho de páramo, de refinería, de pueblo del interior, de vida reducida al extremo de su esencialidad. Esta Patagonia invisibilizada, ubicada en su gran extensión en la provincia de Santa Cruz, es la que me interesa develar,

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Desde sus comienzos la historia de la Patagonia es la historia de la conquista, desde las exploraciones de Magallanes, Darwin y Fitz Roy hasta los primeros asentamientos de colonos con Rouquad. Disputada por su soberanía, masacrada para su civilización y silenciada tragicamente ante los huelguistas que reclamaban mejores condiciones laborales. Estos sucesos crean un paisaje de supervivencia de los pobladores que residen allí.

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Nací y me crié en Puerto de Santa Cruz, un pequeño pueblo a orillas del río Santa Cruz de poco mas de 5.000 habitantes. Poca información tenía del pueblo donde nací y de los sucesos que acontecieron en él al momento de iniciar mi investigación sobre este proyecto, que surge de la necesidad de visibilizar lo que es nacer y desarrollarse en un lugar como éste, donde grandes distancias separan a las urbes de los pueblos, donde el clima desfavorable alienta el sedentarismo y la vida es monótona y rutinaria. La historia de la Patagonia es, para mi, la historia de una sociedad olvidada que lucha por visibilizarse, es la historia de un Estado ausente que sobre explota los recursos naturales, es la historia de un lugar invisible al que mucho van pero poco pueden ver - Facundo Negrón

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"Por todas partes hacia donde dirija la mirada, ha de vislumbrar idéntico paisaje, observará los mismos animales y pisará el suelo árido y pedregoso que constituye el canto rodado tehuelche mezclado con aquella tierra arenosa y blancuzca sobre la cual se esparcen los mechones de pastos duros, las matas espinosas y los arbustos achaparrados" - Pequeña historia Patagónica - Armando Braun Menéndez

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